sábado, 25 de junio de 2016

Canción Olvidada y Encontrada

Son tus ojos dos leones dormíos
y las fuentes donde bebía de tu cariño.
Eran tus manos las que arañaban
los azulejos que en mis carnes estaban.

La luna fue testigo ese invierno
que me diste el más preciado veneno,
que los vientos de la calle descubrieron
que era peor,
que el alcohol de garrafón.

Y aunque la cerveza solamente sea tuya
a veces la tendrás que compartir.
No te quejes primo que así es la vida,
y las mujeres, pues también son así.

Sobre una laguna azul yo te soñaba
llena de poesía y siendo una reina...
Ahora que te recuerdo, en un baño
saboreando las calenturas de tus colillas...

...con mi mente alcoholizada que te dijo
júntate pacá que yo te quiero,
que te robo y una estrella pa tu pelo
porque tú eres mi firmamento.

Y aunque la cerveza solamente sea tuya
a veces la tendrás que compartir.
¡No te quejes, primo, que así es la vida!
Y las mujeres,
pues también son así.

viernes, 24 de junio de 2016

Reflexiones I

Un sol nuevo ha nacido en España,
un apostólico molino sediento,
un panal de ovejas y cosechas,
un lupanar de corbatas y sobres.

Y ha iluminado España,
tierra prometida de hipo y guadaña,
la renta, el jornal y la azaña corrupta,
concavidades de la historia
y la marea, gimnasios de olvido
y redención, guillotina para todos
y vino para el ladrón.

Recuerda,viejo sayón,
que jamás doce estrellas
brillaron más que el sol.

Recuerda con tus hechuras
de españolito monacal
que el azul, aún de fondo,
siempre acaba en el mar.

domingo, 19 de junio de 2016

No sabes nada ni a nada

Qué sabes tú de la vida
si la vida no sabe de ti,
qué sabes tú del amor
si no has despertado en la playa
qué sabes tú de la amistad
si no has aligerado espaldas,
qué sabes tú de nada,
si no sabes a nadie
que valga nada.

sábado, 18 de junio de 2016

Canción Popular - Guerra Civil Española

Caminando por el campo, 
entre las flores vi que había
una carta ensangrentada 
de cuarenta años hacía.

Era de un paracaidista
de la octava compañía
que a su madre escribía
y la carta así decía: 

"Madre, anoche en las trincheras,
entre el fuego y la metralla
vi al enemigo correr,
la noche estaba cerrada.

Le apunté con mi fusil 
al tiempo que disparaba,
una luz iluminó 
el rostro que yo mataba. 

Fijó su mirada en mí, 
con sus ojos ya vacíos.
¿Madre, sabe a quién maté 
aquel soldado enemigo?

Era mi amigo José, 
compañero de la escuela,
con quien yo tango jugué
a soldados y a trincheras.

Ahora el juego era verdad, 
y mi amigo yace en tierra.
Madre yo quiero morir,
ya estoy harto de esta guerra. 

Y si te vuelvo a escribir 
tal vez sea desde el cielo,
donde encontraré a José
y jugaremos de nuevo. 

Dos claveles en el agua 
no se pueden marchitar,
dos amigos que se quieren
no se pueden olvidar.

Si mi mano fuera pluma 
y mi corazon tintero 
con la sangre de mis venas 
te escribiría te quiero.".



Noche en el monte Gurugú

En la noche grumosa de ferrita y regaliz,
andan plata las estrellas desconchadas,
y aun más abajo,
-donde catapultados vuelan cometas metamórficos-
la savia arcana gobierna
todo un reino arbonaida.

La densidad del espacio es notable.
Los peregrinos andan zarandeando brazos,
los colores tampoco permiten otra cosa;
quieren que los agiten, los sacudan y golpeen.

Colores de la tierra abatida,
de troncos retorcidos
del puente abandonado
de la fuente sumergida
en el mismo charco que la
roca, la farola, el gato.

Alguien recogió las lágrimas
y las pulió contra las hojas,
las convirtió en una fibra
que posteriormente tejió,
tejió
tejió
soltó
cayó, sobre las brumas en ausencia de fuerzas...
Y ahora es una superficie especular.

Entre los árboles erguidos
del poderoso reino
existe entre los retículos de un cristal
un camino
-que aun nervioso-
se sostiene sólido
ante las brochas furiosas
del ojo celeste del pintor.

Se eleva con la madera
estrangulando la torre
un tótem como si fuera
de un indígena la bandera
pisoteada por el viento cuando corre.

Me voy camino del monte,
Escalo las escaleras,
confundo lo que veo,
escucho lejos un ruido
que recuérdame el olvido
de un demonio negro
que siempre me está acechando.

Confundo las escaleras,
muerdo lo que veo.
La altitud me ha obligado a disparar una pupila:
veo todo tan profundo
que las he dado por perdidas.
A las dos.

Ahora me siento sobre el monte.
Los soldados recargan sus fusiles
y prenden la mecha.
Quién va a decirme ahora qué.

La nube que nos envuelve
es el único portón de mi reino.
No se lucha en mi territorio,
aquí solo hablamos
y nos regalamos tiempo.

Dame la mano,
que te coma el Dios Gurugú.
Dame tu mano negra
y dorada moteada,
Señor Leopardo Infeliz.
¡Respira conmigo la temperatura!

Y confunde la noche y
muerde las estrellas
 y del monte Gurugú.

domingo, 12 de junio de 2016

Suite Barroca para Oboe y Clave

Suelto aquí una pequeña obra de corte barroco, que sin ningún tipo de ambiciosa pretensión, es importante para mí, porque sigue siendo mi música.



viernes, 10 de junio de 2016

Aburrimiento

ABURRIMIENTO

Enciendese la llama de una cerilla. Débil,
si es bien tapada del viento
prenderá su fuego hasta extinguirse;
hasta que ella misma se aburra de sí.

Transformará un resistor en calor y luz
la energía de un enchufe 
iluminará en su cilíndrica intensidad
pero se fundirá y solo quedarás tú.

Comenzarás algún día a amar,
 aprenderás a querer, evitarás:
el viento, las sobrecargas; las discusiones,
y solo quedará, después,
una llama, una luz; un recuerdo.

Nada es eterno. 
Pero nada lo es más 
que lo que fue,
 y dejo de ser siendo. 

CRR.

Mar meditante y meditado

Mar meditante y meditado,
resonar en tu eco liberado,
ola exuberante, puñal seco,
descuidao instante, te veo,
inoportuno momento,
ola rompiente, blanca pureza,
a destiempo me miente,
descubre rarezas,
un aroma sorprendente,
y su enclaustrada belleza,
una idea insuficiente
para que la entienda la cabeza.

martes, 7 de junio de 2016

Poemas en clase de Historia (I)

Frío de madrugá
ese que se te pega
a la cara
Suenan los pitos
primero a los ojos
y de lejos
Suenan los pitos y silencio
Luna llena que afila
la mecha de los cirios
de soldados que sirven
a su rey
Rey de Cruz de Carey

viernes, 3 de junio de 2016

Solo dos cosas

Solo hay dos cosas en este mundo,
que de empapada solemnidad
y en su soñar taciturno,
adelantan palabras que difundo,
y de graciosa realidad
se tornan en su retorno
al cantar de mi comunidad
y a un cante más jondo.

Son el lapidar de mi conciencia,
que se disfraza con
prestada inocencia,
lana lobesca con
moral y voto por esencia,
un suspiro animal,
una querencia,
unas palabras que dejar
al mundo por herencia.