martes, 8 de noviembre de 2016

Reflexión

Eres, de entre las corrientes,
sonoro parpadeo y viento, 
tempestad clara y pura,
Odisea sin escritos. 

Eneida soñada en su
señorío, versos, frescura.

Locura nerudiana
orquestando mi ventura.

Mas allá de toda comprensión,
antes de siquiera conocer 
sabores, habladurías por la noche. 

Bendita criatura verde,
oriental entre las praderas,
naciste desde el humo
inclinándote hacia la primavera,
tomando entre los caminos
oro, poesía, madera.

Quise dibujarte con 
unas cuantas palabras,
eligiendo estructuras

Temiendo olvidar el vino, 
el olor de tus ataduras. 

Pasé cerca de tu alma 
usando lápices de cera,
encendido en mí mismo
derretido en mi muerte,
obviando tu presencia. 

Duele, a veces dolía, 
esperarte y no verte
correr y no alcanzarte,
ir donde me lleve tu canto,
riendo hasta despertarme.

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