Si fuera yo el marinero que mira
el cielo en busca de luz que le guiara
la barca oscura sobre el agua clara,
vería estrellas quemarse en una pira.
¡Los astros giraron como una espira!
El cielo dejó entonces de ser mampara
para ser feliz meta que ablandara
la piel del marino que le suspira.
¡Gracias estrellas! Por ser astillero
del barco que se quedó sin el faro
de llama, calores, consuelo y amparo.
¡Venid astros! Golpeadme con acero.
Tened entonces bien que os quiero claro,
tened entonces claro -que Yo- os quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario