jueves, 25 de agosto de 2016
El Limón Rosa
de fuentes y azulejos
se divisa a lo lejos
del horizonte perpendicular una espada.
Es un árbol que se alimenta de, nada,
si acaso rocío
del ocaso frío
que su clorofolila gusta beber emponzoñada.
¡Es de nuevo un limonero!
Esta vez torre de castillo
de campanario amarillo
por limón y por farola y por lucero.
Forma partee de un alcázar viejo,
almorávide tesón que le supera
cuanto cáliz haya a su vera
en las tripas pías del abadejo.
¡Pero qué digo yo!
Fantasma lapidado por la calle de la Amargura,
paseo Barroco de atolondrado bandolero,
que por tanto decir "que la quiero"
atrapado se quedó en su cuna.
¡Ay, Limonero!
Raíz del Cielo
y Corona de Azotea.
Sombra de Plazas Desoladas
y Patriarca de Palmeras...
Tú unes los astros y la Tierra.
Si pudiera conquistador escalarte entero,
vería desde arriba las Perséidas,
viajaría contigo a Kenia
(sí, he dicho a Kenia)
y le daría un patón verde a Mercurio
que subiría tres puntos sobre tu cadera.
Con un plumero quitaría las brumas grises de la luna,
como si fuera tal cosa,
y haría cemento para hacer llorar a un río.
En tu mejilla firmaría un limón rosa
anónimo, por si me haces el lío.
Qué. Soy de una ciudad
infectada por acidez rosa,
como si tal cosa fuera,
¿para verte pendo de tiempo tan solo cierta franja,
no?
Where the horses run,..
Señorita Naranja.
domingo, 21 de agosto de 2016
A la patria andaluza
Desde Huelva hasta Almería
dos pilares sujetan el cielo,
tu alma pura, tu sangre verde.
Desde el peñón hasta la Sierra
Morena, Hércules con corazón
en el alma y poesia en las venas
abrazó tu calma, tu costa serena.
Hasta donde te encuentras llegan
la tierra, los rios, los pueblos
y se disuelven, arena en el tiempo,
y crecen nuevas ramas eternas.
Hacia la libertad con la madre nuestra!
Viento en popa a ocho millones de velas,
fue la vida y no la piedra
quien te hizo, patria cierta,
reina en tu semblante, solo a tu manera.
sábado, 20 de agosto de 2016
Estrellas de Tarsis
bajo tu faz morena,
-¡oh Reina!- que descansas
sobre lunas de arena.
Tus pies rozan el mar
celeste casi turquesa,
-¡oh Reina!- eres señora
y de las noches princesa.
Eres virgen inmaculada
escudada bajo la seda,
-¡oh Reina!- Protectora del Sur
y del velero de Espronceda.
Eres la más submarina
carne de sal y canela,
-¡oh Reina!- por ti empuñan blanco
los barcos sus velas.
Eres mar y eres roca
y eres cielo y eres playa.
¡Eres espigón, eres luz
y por la noche flor de dama!
Eres faro de luceros
de náufragos marineros,
eres calor de la farola
y las sílabas de un te quiero.
(Te pido perdón si a veces
quieta se encuentra mi alma
rota porque se halla.)
Señora, eres occidental faraona
y sutil mujer que perdona
al marino que abandona
tu bendita ciudad
de Chipiona.
jueves, 18 de agosto de 2016
Aniversario del asesinato de Lorca
En Granada están de luto,
ochenta años lleva honrando
la ciudad a su difunto.
Las flores crecieron en su boca
con la exótica palabra de su mundo,
Nueva York, alta y solemne,
lloró su asesinato, más aún lloró su muerte.
Federico, en tu nombre se pierde la poesía, de tu agua nace la pasión
con tu ausencia cojea España,
y a mi, a mi se me hiela el corazón.
Maestro, brindemos ochenta días,
por tu verso, por tu verso, por tu gran verso
porque en la memoria brilla tu canto
y la sangre de Andalucía.
Lo que yo quería decirte.
miércoles, 10 de agosto de 2016
.
lunes, 8 de agosto de 2016
(Mi vida es como la tuya)
domingo, 7 de agosto de 2016
Vida suicida
miércoles, 3 de agosto de 2016
Fatum Fatis ego perea - Hágase el Destino aunque yo perezca
lunes, 1 de agosto de 2016
Capitán!
Capitán! Por babor la araucaria
y por estribor un dolor malpesado,
hierve la bruma en el horizonte,
mi capitán! cuánto hemos navegado.
Capitán! ¿Levamos anclas y velamen,
o dejamos que prenda la tormenta
a otros brazos que la amen?
Capitán! Hable usted, comande su navío,
que la mar ya huele a tempestad,
robáronme el corazón mío.
Capitán! qué naufragio tan liviano!
no hicieron despojos de este marinero
las olas, sino el veneno de sus labios,
recorrime el mundo cogido de su mano
y fue en abril en cuando tan sincero,
prendieron sombra y luz en su incensario.
Capitán, mi capitán! Fue lobo de mar,
soplido inquieto de animal funeral,
que en pureza dibujaba su llanto
cuando las sirenas dejaron de cantar.