Estrellas de Tarsis
bajo tu faz morena,
-¡oh Reina!- que descansas
sobre lunas de arena.
Tus pies rozan el mar
celeste casi turquesa,
-¡oh Reina!- eres señora
y de las noches princesa.
Eres virgen inmaculada
escudada bajo la seda,
-¡oh Reina!- Protectora del Sur
y del velero de Espronceda.
Eres la más submarina
carne de sal y canela,
-¡oh Reina!- por ti empuñan blanco
los barcos sus velas.
Eres mar y eres roca
y eres cielo y eres playa.
¡Eres espigón, eres luz
y por la noche flor de dama!
Eres faro de luceros
de náufragos marineros,
eres calor de la farola
y las sílabas de un te quiero.
(Te pido perdón si a veces
quieta se encuentra mi alma
rota porque se halla.)
Señora, eres occidental faraona
y sutil mujer que perdona
al marino que abandona
tu bendita ciudad
de Chipiona.
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