DISCURSO DE INVESTIDURA DEL CUERVO PRESIDENTE DEL SINDICATO DE LAS AVES PERDIDAS:
Hoy pongo voz, a todas aquellas palomas, colibrís, patos, jilgueros e incluso loros que viváis en el aire y fluyáis por él mismo sabiendo que os maneja como si no fuerais seres vivos. A todas aquellas que pian cuando no tienen cuerpo de piar o que tienen que anidar de nuevo cuando un temporal destruyó su antiguo nido. Aquellas que no han tenido siempre alguien con quien compartir su vuelo, o que han sido rechazados de cualquier tejado de cualquier iglesia solo por ser ellos mismos. También le pondré voz a quien no haya tenido adversidades, pues para ellos también va este discurso.
De antemano, quiero haceros ver, aunque seamos minoría, que nunca me daré por vencido, y aunque difícil sea nuestro destino, lucharé sin usar mis garras en esta vida donde tenemos que emigrar solo porque está establecido.
Fui joven, y como muchas de nosotras, me caí del nido donde con mis hermanas peleaba por el dulce manjar que del pico de nuestra madre emanaba. Si hubiera sabido, que ésta rechazaría mi imagen después de que mi inocencia hiciera mella y me cayera de nuestro fugaz hogar, me habría tirado yo mismo cual águila planea cuando avista a su objetivo. Pero no la culpo, no es preciso culpar a aquellos que nos rechazaron por sus creencias o prejuicios, ellos no tuvieron la suerte de sufrir, lo que nosotros hemos sufrido, y por consecuencia no pudieron ver, como nosotros, a otros de nuestra especie volar, desde el suelo, simplemente volaban.
¿Cómo van a pararse a pensar qué está bien y qué está mal, si nada ni nadie les ha dado un por qué para pensar? Es más fácil vivir sin cuestionarse a uno mismo, o a la sociedad.
Nuestras debilidades nos hicieron fuertes, nos hicieron luchar con el día a día. ¿Para que seguir viviendo si tengo que pelear el triple que otras aves por disfrutar un poco de una ligera brisa? La respuesta se nos hizo lógica con la experiencia, ¡Nosotros apreciamos la brisa! Puede que no volemos como las aves prodigio (nadie nos enseñó a plegar las alas), puede que no consigamos comida tan fácilmente (nadie nos enseñó a encontrarla)... Y qué más da lo habilidosos que seamos siempre que podamos disfrutar de cualquier atardecer sin necesidad de tener bajo nosotros el tejado más bonito.
Es normal que te entre furia viendo como algunas tienen todos los privilegios que nosotras nunca tuvimos y que no los aprecien ni los compartan aunque les sobre; aquellas que pueden anidar cerca de la iglesia, que pueden resguardarse a salvo de las lluvias en invierno, que tienen una fuente de agua cerca de sus nidos y a un señor mayor que les lanza pan todos los domingos... Pero no son culpables.
¿Creéis si quiera que son capaces de razonar que haya seres vivos que vivan sin nada de eso?
Y ese es mi discurso, no culpéis ni odiéis a quien sea por ser como simplemente es, regañad al que no es y aparenta serlo. Tengamos orgullo propio y unámonos. Querámonos y transmitámos ese amor a todos. Ganémonos el respeto de las demás aves con respeto, y si no nos lo quieren dar, no lloremos ni supliquemos por él, eduquemos a las aves futuras en el lenguaje del querer por simplemente ser, y quien no quiera querer, que disfrute de su soledad más amarga. Nunca existirá una paz para todos si existe un enemigo.
¡Viva la SAP! ¡Vivan los seres vivos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario