Son tus ojos dos leones dormíos
y las fuentes donde bebía de tu cariño.
Eran tus manos las que arañaban
los azulejos que en mis carnes estaban.
La luna fue testigo ese invierno
que me diste el más preciado veneno,
que los vientos de la calle descubrieron
que era peor,
que el alcohol de garrafón.
Y aunque la cerveza solamente sea tuya
a veces la tendrás que compartir.
No te quejes primo que así es la vida,
y las mujeres, pues también son así.
Sobre una laguna azul yo te soñaba
llena de poesía y siendo una reina...
Ahora que te recuerdo, en un baño
saboreando las calenturas de tus colillas...
...con mi mente alcoholizada que te dijo
júntate pacá que yo te quiero,
que te robo y una estrella pa tu pelo
porque tú eres mi firmamento.
Y aunque la cerveza solamente sea tuya
a veces la tendrás que compartir.
¡No te quejes, primo, que así es la vida!
Y las mujeres,
pues también son así.
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