martes, 5 de abril de 2016

Nada

Nada se ve en el espejo
que de dudas empañado
se avergüenza de mirar. 

Sé que ya no queda nada,
que de haber algún reflejo
serían dos fantasmas
que hacen el amor.

Que en el puerto de tu pecho
por encima de tu ombligo
nada queda, nada,
por debajo del sudor.

Por la mañana sin tu aliento
me asomé al reflejo
de una extraña en el cristal

Por la noche con el viento
el fantasma se había ido
para no volver jamás. 


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